Un capítulo importantísimo en todas las normas ISO es la gestión de no conformidades que, en innumerables ocasiones, una organización ni siquiera la aplica por miedo a exponer incidencias ocurridas.
La gestión de una no conformidad se basa en cuatro apartados principales: Descripción, causa raíz, acción inmediata y acción correctiva. Adicionalmente a cada apartado se le puede añadir información de relevancia como fotos, fechas, responsables, plazos, etc.
Centrándonos en los cuatro apartados:
1. Descripción. Es importante ofrecer detalles de lo ocurrido ya sea para que un tercero pueda comprenderlo bien o para que, una vez pasado un plazo, aún así podamos ser conscientes de lo ocurrido.
2. Causa raíz. ¿Qué ha pasado para que ocurra la no conformidad? Error humano, de un equipo, proveedor, etc. Si no hacemos una reflexión adecuada, es posible que la no conformidad se reproduzca.
3. Acción inmediata. Son las acciones que aplicaremos para actuar directamente sobre la descripción.
4. Acción correctiva. Actuando en este aspecto sobre la causa raíz identificada, aplicaremos acciones al respecto para evitar su reproducción futura. Es la respuesta a la pregunta “¿qué debo hacer para que no vuelva a ocurrir?”. Las acciones correctivas deberían ser concretas y la empresa debería analizar su eficacia tras un periodo de tiempo adecuado.
Aunque se ha expuesto que es un apartado clave en esquemas ISO, su grado de importancia es aplicable a otros esquemas como IFS, BRC o normas RSC.